Cita del mes


“El periodismo o es libre o es una farsa”

Rodolfo Walsh


lunes, 2 de febrero de 2015

Ensayo sobre el libro "El Hombre Mediocre"

     Una vez un profesor muy obstinado por las malas calificaciones de sus alumnos en el primer corte de "Radio" nos dejo como opción realizar un ensayo de este raro libro para recuperar la nota definitiva del corte. Recuerdo que la mayoría de los alumnos prefirió su nota baja que hacer el intento de leer y analizar el libro segmento por segmento, con resúmenes independientes, generales y glosario de todas las palabras que no entendieron. Era el primer trabajo en lo que llevaba de carrera que me había exigido un nivel de esfuerzo acorde a un estudiante universitario y decidí hacerlo. Hoy haciendo limpieza a la pc lo encontré.
     En mi primera evaluación con este profesor había puesto mucho de mi y él, muy déspota me dijo frente a toda la clase que eso no era un "ensayo" y hasta unas paginas arranco porque según no servían ya que no era mi experiencia ni tenia grabaciones de mi abuelo contándome la historia de la radio para probarlo.
     La segunda evaluación la hice de mala gana, sin ánimos de nada mas que un 5.
   Como esperaba, el día de la entrega en ese segundo trabajo saque un 0,5/2 , pero en la primera evaluación, la cual él había dicho que estaba mal frente a todos, estaban otra vez grapadas las paginas arrancadas, y en una esquina muy en grande estaba un 2/2, muy sorprendida lo mire y me dijo "no se porque en el segundo trabajo te fue tan mal con tan buen punto de vista de todo". Quería gritarle pero solo me senté y fue cuando nos propuso esto. Escribió muy en grande en la pizarra "EL HOMBRE MEDIOCRE" y fue cuando mi ira exploto, anote todo lo que pidió y me mentalice, este tipo no me va a decir mediocre.
     El día de esa entrega, solo dos personas mas entregaron, una fue un resumen del primer capitulo y otra un Ctrl+c y Ctrl+v de un resumen de Internet.
     He aquí el ensayo pues con el que me gane a este profesor, y pase el corte con 5/6, ese punto que falto fue por ortografía. No todo podía ser perfecto. Pero aun así, me sentí tan grande... mil gracias Adolfo.

Ensayo Sobre El Libro
El Hombre Mediocre

Por Patricia ZAPATA

San Diego, 22 de Marzo, 2010.

Introducción

     El Hombre Mediocre es un viaje que a través del la descripción de la naturaleza del hombre divide a la humanidad en dos tipos de personalidades, analizando las características morales del hombre mediocre y las del idealista, las cuales has desarrollado a lo largo de la historia, la sociedad y cultura, con diversos papeles y formas que básicamente no han variado desde sus comienzos.

     Creando un ambiente altamente culto alrededor de cada concepto o idea interpretada, envuelve al lector, que sediento de conocimiento busca mas allá del contenido del libro su propia interpretación de dichas palabras, que puede o no ser acertada, pero es al menos es internalizada en la espera de ser ejecutada por su propia mentalidad un criterio sobre su propio ser.

     Mediante términos filosóficos y ejemplos de obras o artistas reconocidos va explicando la evolución del hombre y las cualidades que requiere la humanidad mediocre para poder ser la idealista.

    La obra correspondiente al sociólogo y medico argentino José Ingeniero, desde su publicación en el año 1.913, ha sido gran influencia en la juventud latinoamericana de su tiempo y en especial en el movimiento de la Reforma Universitaria iniciado en 1918.

La Moral de Los Idealistas…

I.             La Emoción Del Ideal

      Esa esencia que tenemos algunos para reconocer a un genio, para admirarlo, para intentar seguirlo sin imitarlo, que nos mueve a merced de la degustación del arte de la vida, estudiarlo y a la vez vivirlo, es poner la meta en el infinito y siempre querer llegar a ella, siempre querer mas, saber que tocar el suelo no es dejarse arrastrar, ni quedarse abajo, sino saber levantarse para poder luchar sabiendo que puede dar algo mejor, lo mejor de si, es conocer que no puede haber luz sin oscuridad.
      Casi imposible de describir a quien jamás la ha sentido, la emoción del ideal es “…cuando, en suma, admiras la mente preclara de los genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes, inclinándote con igual veneración ante los creadores de Verdad o de Belleza…” (Fragmento de La emoción del Ideal – El Hombre Mediocre. José Ingenieros).

II.          De Un Idealismo Fundado En La Experiencia.

      “…Un hombre, un grupo o una raza son idealistas porque las circunstancias propicias determinan su imaginación a concebir perfeccionamientos posibles…” (Fragmento de De Un Idealismo Fundado En La Experiencia – El Hombre Mediocre. José Ingenieros).

      Los ideales son una hipótesis, una creencia, está se va moldeando acorde a la experiencia vivida, ya que es necesario que estos se aproximen cada vez más a lo que posiblemente esta por venir y no se queden en algo absurdo o inexacto.
   “…Los ideales son formaciones naturales. Aparecen cuando las circunstancias propicias determinan su imaginación puede anticiparse a la experiencia. No son entidades misteriosamente infundidas en los hombres, ni nacen del azar. Se forman como todos los fenómenos accesibles a nuestra observación…” (Fragmento de De Un Idealismo Fundado En La Experiencia – El Hombre Mediocre. José Ingenieros).

      El hombre vive en un constante esfuerzo para adaptarse a un ambiente que también vive en constante cambio. Estudiando las diferentes posibilidades de cambio para si mismo y el ambiente que le rodea es la única forma en la que puede perfeccionar su propia evolución, comprendiendo todas esas posibilidades y estudios como ideales, capaces de causar un efecto en su historia, aún siento este ideal el efecto de una misma evolución universal, global, general, que para ser evaluada debe ser reducida al núcleo de la necesidad, evaluar el pasado para no repetir los errores cometidos.

      Los ideales vienen de la imaginación que se forjo en nuestras mentes con el acto de pensar, “…La imaginación es madre de toda originalidad; deformando lo real hacia su perfección…” (Fragmento de De Un Idealismo Fundado En La Experiencia – El Hombre Mediocre. José Ingenieros) hacia lo que se quiere, lo que se sueña, se sueña con ello porque se considera mejor, cree perfecto.

      El hombre conservara siempre lo que le haga sentir estable, en ello predomina su razonamiento, su sentido de seguridad, y aumentara lo que le haga sentir que va en progreso, que va a mejor, lo que le genera pasión.

      La ética que nace de un idealismo moral se encuentra fundada en base a la unión de una doctrina concebida para mejorarse y adaptarse a la vida social, no relacionada en ningún aspecto a las doctrinas religiosas ni dogmas de ningún tipo.

      Existen ideales colectivos en los que un genio marca a un grupo, a una generación, a una época, imponiendo un ideal en el cual muchos individuos coinciden. Aunque generalmente al principio de la lucha de ese genio por demostrar su ideal solo una minoría puede comprender realmente la naturaleza y la realidad que significa esa nueva creencia.

      Cada época tiene sus propios ideales que vislumbran un futuro mejor, algunos de muchos seguidores otros de pocos, unos que llegan en el momento clave del asunto, otros que mueren por su falsa creencia, otros que perduran hasta el momento en que la evolución toca el punto donde dices por ejemplo “…pero Nietzsche lo dijo tiempo atrás y lo creyeron loco, pero sus teorías son muy exactas, son fundamentales actualmente…”
      Los ideales, falsos o reales, exactos o trascendentes son necesarios para la evolución, ya que estos no se pierden, se complementan dándonos un camino para recorrer, incluso cuando son inexactos pueden solamente estar errados por una parte, cosa que tal vez evaluada mejor pueda enfocarse correctamente al camino de la perfección. Tal como Aristóteles no quiso seguir el sendero creado por el pensamiento de tu mentor, Platón, sino que prefirió corregirlo siguiendo las teorías de Sócrates, mentor de Platón.

III.         Los Temperamentos Idealistas.

      Los idealistas son seres especiales por esencia con un impulso original a las grandes ideas, a la perfección. La sociedad en general se queda atascada en el sumiso paso del tiempo, donde siguen la rutina aceptando los prejuicios, siendo dominados, manipulados, mientras que unos pocos, los idealistas varían, pensando en el cambio, en un avance, en el futuro. Son aquellos que siguiendo sus ideales se separan del rebaño, para luchar por lo que creen. A veces no es su ideal en si el que mueve generaciones, sino su temperamento, su fuerza propia, su fuego, ese que le de un tono imperativo a lo que dice, creando euforia o enaltecimiento a quien decide creer lo mismo.
      El idealista persigue su ideal contra viento y marea, contra la sociedad que se oponga, contra la mediocridad, demostrando sus cualidades para progresar.
      El hombre mediocre se acostumbra a la rutina, al habito, perdiendo así su imaginación, su capacidad para crear tanto para el como para otros, dicen algo como “para que cocinar si puedo comprar la comida hecha” es un ejemplo básico, pero se da en muchos casos, y así como se da en la cotidianidad se da en las ideas, “para que parir ideas si le puedo pagar a alguien que lo haga por mi”.
      En particular no logro comprender esa falta de interés por intentar, esa pérdida de genialidad que, aunque siempre ha existido, con el tiempo ha aumentado cada vez más esa mayoría de la sociedad, esa parte mediocre.
      Los imaginativos son la vida que resalta de cada obra creada, de cada ciencia creada, de cada parte de la historia humana, todo lo que hoy tenemos es parte de lo que ellos presintieron, persiguieron y demostraron con su iniciativa. “…Más ha hecho la imaginación construyendo sin tregua, que el cálculo destruyendo sin descanso. La excesiva prudencia de los mediocres ha paralizado siempre las iniciativas más fecundas…” (Fragmento de Los Temperamentos Idealistas – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)

      La imaginación debe siempre ir de la mano de la experiencia pero nunca deben ir solas, porque cada una por su cuenta jamás dará frutos, no habrá ningún tipo de desarrollo. Por eso los idealistas deben tener un equilibrio de inspiración y sabiduría para poder ser reconocidos como genios. “…La humanidad no llega hasta donde quieren los idealistas en cada perfección particular; pero siempre llega más allá de donde habría ido sin su esfuerzo…” (Fragmento de Los Temperamentos Idealistas – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)

      En el temperamento de un idealista debe siempre estar marcada por cualidades como el pensamiento audaz, la rebeldía, con respeto, al pasado, la inquieta búsqueda de magnificentes para lograr el impulso necesario para la originalidad de sus creencias.
      El idealista joven es aquel que tiene base y dominio de lo que desea, su juventud es parte de lo más valioso que debe conservar mientras aprende a madurar sus ideales, sin dejarse moldear por dogmas o doctrinas que no le dejaran ni vislumbrar lo que espera de su lucha. Para evitar le perdida de su ideal debe encaminarse lejos de esa sociedad que desea oprimirle, debe buscar su propia personalidad. Esta debe desbordarse de su idealismo, sino será seco.
“…el pensamiento sin calor es muerto, frío, carece de estilo, no tiene firma. Jamás fueron tibios los genios, los santos y los héroes. Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo
original y violento contra alguna rutina o prejuicio…”
(Fragmento de Los Temperamentos Idealistas  – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)
      El idealismo requiere como característica tener una verdad apasionada, ya que aunque la pasión pueda cegar un poco ante el error nunca será mentira, quien cree ese ideal, quien lo profesa, la cree verdad, dependiendo en donde se aloja este ideal, el corazón o el cerebro, se puede distinguir dos tipos de idealista, el que lucha por una pasión y el que la transforma en una obsesión.

IV.          El Idealismo Romántico

      Cuando nos encontramos frente a este idealista podemos percibir su exagerada persecución por la obsesión soñada, son como poetas preguntándose siempre porque no somos eternos, porque los amores mueren porque la luz se apaga, viven soñando y en la insaciable búsqueda se encuentran con la cruel realidad “todo tiene un final”
“…Tienen una curiosidad de mil ojos, siempre atenta para no perder la
más imperceptible titilación del mundo que la solicita…”
(Fragmento de El Idealismo Romántico – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)
Se aferran a lo que su corazón y su instinto dionisíaco les dictan, a lo que sienten real aun siendo absurdo para los demás, se esmeran y luchan contra todo oponiéndose de frente a la experiencia.
Se enamoran de su ideal, se ciegan ante la realidad y se montan en su corcel con escudo y espada a la lucha contra la sociedad, quien a veces se opone por completo a sus ideales  con la escusa de la experiencia diciendo “siempre ha sido a sido así, eso no cambiara”.

      Todo ideal es una verdad, es respetable, para el hombre que la cree, de una forma muy personal es una verdad, por que la que es capaz de luchar, es su punto de vista de la perfección, del futuro, de lo que espera ver, oír, sentir en algún momento, es una posibilidad, que al igual que una fotografía es tan subjetiva como objetiva, es la verdad del fotógrafo, es lo que su lente vio, pero a la vez es lo que el decidió tomar en su propio encuadre.

      Aquel hombre que no crea grandeza, deja crecer en su corazón a la envidia. Envidia a ese genio confabulando en su contra, cualquiera de sus ideas, sus pasiones o creaciones terminan siendo tachadas, desechadas y vistas como el mal encarnado, cuando son solo hipótesis, suposiciones con base de una posibilidad.

“…En todo lo perfectible cabe un romanticismo; su orientación varía
con los tiempos y con las inclinaciones…”
(Fragmento de El Idealismo Romántico – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)

V.           El Idealismo Estoico

      El idealista estoico es aquel que después de haber pasado por el romanticismo de su ideal choca contra la realidad y aprende de ella, perfecciona su ideal, le da solidez, después de interiorizarla maduramente con esfuerzo guía su ideal a mejores senderos.
No deja por esto de soñar, ni de imaginar un futuro perfectible, simplemente toma mas impulso para seguir con mas eficiencia su vuelo.
“…El idealismo sentimental y romántico se transforma en idealismo experimental y estoico; la experiencia regula la imaginación haciéndolo ponderado y reflexivo…” (Fragmento de El Idealismo Estoico – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)
      El carácter individualista del idealista estoico y romántico es juzgado continuamente por la sociedad que lo ve como un enemigo, por crear una revuelta contra dogmas y valores que respetan los mediocres, no se dejan dominar con prejuicios, tabúes u obstáculos, si es necesario se separan de ellos para lograr su meta. Los idealistas estoicos

“…Ningún contratiempo material desvía al idealista. Si deseara influir de inmediato sobre cosas que de él no dependen, encontraría obstáculos en todas partes; contra esa hostilidad de su ambiente sólo puede rebelarse con la imaginación…” (Fragmento de El Idealismo Estoico – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)

VI.         Símbolo

      La eterna lucha de la mediocridad contra el idealismo se ve reflejada a través de la historia de diferentes formas. Los idealistas, visionarios, siempre vencerán en esa batalla interminable, demostrando tarde o temprano ante los mediocres, ilusos, lo importante que es vivir con una meta, un ideal, en vez de ser un cordero que sigue a la manada sin intención de arriesgarse por lo que desea, ya que no es seguro. Todo ideal es incierto hasta que es cierto o falso, en su defecto.
      Esto se vera siempre simbolizado en obras maestras de los genios de la historia.


Capitulo I - EL HOMBRE MEDIOCRE

I.             ¿"ÁUREA MEDIOCRITAS"?

                 El hombre mediocre, la mayor parte de la masa llamada sociedad, es un ciego ante el arte de Mozart o un sordo ante el de Poe incluso es inerte al canto del silencio del bosque alumbrado solo por la diosa luna. Es un ser incapaz de sentir la magia de lo que le rodea, es solo una pieza, quizás solo un peón, de la mejor estrategia de un buen pensador.
      “…Para él todas las cosas han sido siempre así y seguirán siéndolo, desde la tierra que pisa hasta el rebaño que apacienta…” (Fragmento de ¿“Áurea Mediocritas”? – El Hombre Mediocre. José Ingenieros)

     Estos seres viven de la herrumbre que alguien les infundio a través del tiempo, son esclavos de sus mismas creencias y no logran una auto superación debido a que sus mismas creencias no se lo permite. Su imaginación es cerrada, no tienen manera de expandir su propio criterio sobre lo que saben y desean, sobre lo que quieren ni siquiera sobre lo que son. Algunos encuentran ideales a los cuales seguir, pero no comprenderán por completo al ideal, incluso podrán no entenderlo para nada, pero su mínimo nivel de cultura les indicara que tienen la necesidad de agruparse lejos de los leprosos, para no contaminar su mente de ideales, de conocimiento, de pasión real.
      “…Todos los enemigos de la diferenciación vienen a serlo del progreso; es natural, por ende, que consideren la originalidad como un defecto imperdonable…” (Fragmento de ¿“Áurea Mediocritas”? – El Hombre Mediocre. José Ingenieros) Llevan la contraria a la verdad subjetiva de carácter perfectible al porvenir por ser original, propia, soñada, no experimentada,

      Nietzsche, en su libro “Así Hablaba Zaratustra” da a relucir uno de los núcleos de su filosofía, la voluntad de poder. En este relato el Poeta Zaratustra incomprendido por los hombres, que no entienden cuanto dice y se ríen de él, se retira a las montañas para seguir en compañía solo de sus ideales. Cosa que pasa con los muchos idealistas, reconocidos años después de su muerte.
      Atreves de la situación en la que terminan el idealista y el mediocre se crea una voluntad de poder donde siempre existirá el que domina y el que es dominado, el amo y el sirviente, lo apolíneo y lo dionisiaco, ambos con códigos morales distintos.

      Así Nietzsche fue tildado de anticristo por llevar la contraria a una religión basada en milagros, mentiras, decía considerar al budismo mil veces más realista ya que se centra en la solución de los problemas y no en la condena de los pecados.

II.          Los Hombres Sin Personalidad

      “…Individualmente considerada, la mediocridad podrá definirse como una ausencia de características personales que permitan distinguir al individuo en su sociedad…” (Fragmento de Los Hombres Sin Personalidad – El Hombre Mediocre. José ingenieros)
      Esta interpretación se presta para convertir al genio en mediocre ¿Cómo? Cuando el humano (mediocre o no) se junta con mas seres de su especie y razona es capaz de coincidir en un ideal impersonal, un ideal ajeno, por eso dicen que “tú no eres tú hasta que te reflejes en alguien”, hasta que dejas huella en ese alguien diría yo.
      Lo que nos diferencia a unos de otros es completamente psicológico, es la imaginación, creemos que el verde es verde de aquí a Pekín, pero el daltónico ve verde lo que los demás ven rojo, ¿por eso esta el errado? si el rojo jamás se hubiera llamada así, ¿quien dice que no puede este ser verde?... todo es cuestión de ángulo, del cristal con que se mira la situación, todos imaginamos y pensamos cosas distintas en las que ciertas veces coincidimos… pero nunca en exactitud.

      Los mediocres son como sombras, sino hay luz no tienen forma, son como el eco, sino hay un ruido, una voz, simplemente no se oyen… son "Indiferentes" según Ribot, viven sin que se advierta su existencia.

      No vale de nada acumular años sin sueños, ni sueños sin metas, ni metas sin logros… solo cuando se lucha y se logra lo que se quiere se llega al final de la vida sin arrepentimiento, se ve hacia atrás y se piensa “que buena vida me di, al filo siempre de la navaja…”, se puede morir, físicamente, como Sócrates o Cleopatra, que nadie los mato, ellos decidieron el final de su cuerpo, siguen aquí, inmortales, en cada idealista que los admira, en la marca que dejaron en la historia.
      “Vivir es aprender, para ignorar menos; es amar, para vincularnos a una parte mayor de humanidad; es admirar, para compartir las excelencias de la naturaleza y de los hombres; es un esfuerzo por mejorarse, un incesante afán de elevación hacia ideales definidos…” (Fragmento de Los Hombres Sin Personalidad – El Hombre Mediocre. José ingenieros) La mayoría de la gente viene al mundo a sufrir, a morir, otros, pocos, vienen a vivir, a sentir el llamado de sus ideales desde el fondo de su alma clamando desde su pecho como una canción de libertad.

      Todos los mediocres, ceros a la izquierda, creen tener originalidad, ninguno puede notar la verdad de su rutinaria existencia vana, no producen, no conducen, solo destruyen, existen muchas variedades de mediocres, todos dignos de estudio en este libro curioso.
     “…¿Por qué no tendemos al hombre sin ideales sobre nuestra mesa de autopsias, hasta saber qué es, cómo es, qué hace, qué piensa, para qué sirve? Su epopeya constituirá un capítulo básico de la psicología y de la moral…” (Fragmento de Los Hombres Sin Personalidad – El Hombre Mediocre. José ingenieros).

III.        En Torno al Hombre Mediocre

      “…. El hombre mediocre -como, en general, la personalidad humana- sólo puede definirse en relación a la sociedad en que vive, y por su función social…” (Fragmento de En torno al Hombre Mediocre – El Hombre Mediocre. José ingenieros).
No se puede evaluar nada sin un punto de comparación, no se puede decir que algo es alto o bajo sin tener una relación directa en cuanto a lo que se refiere. Por esto para poder saber quien es el hombre sin personalidad hay que conocer que es lo que lo rodea para caracterizarlo como tal.
      El hombre normal no existe, al existir un contante cambio en el deja de ser algo  y es algo mas constantemente por lo que nunca es normal.
De igual manera lo que para mi puede ser “normal” para otro puede no serlo.
      “…El hombre -decimos ahora- es un animal que evoluciona en las más recientes edades geológicas del planeta; no fue perfecto en su origen, ni consiste su perfección en volver a las formas ancestrales, surgidas de la animalidad simiesca…” (Fragmento de En torno al Hombre Mediocre – El Hombre Mediocre. José ingenieros). Si no hubiéramos llegado a estas creencias seguiríamos creyendo que en las mitológicas ideas de milagros ancestrales, cabe destacar que aun algunos las creen.
      En la sociedad que nos rodea la normalidad ha sido moldeada al punto de que el más normal es aquel que mejor sombra parece, aquel completo ser impersonal de si mismo que se mantiene al margen de la domesticación. Errada esta definición, que es la que vemos día a día, el normal es aquel que aun con todo el peso de su mundo e ideales es capaz de estar en un persistente intento de equilibrio, feliz de tener intrigas y retos, capaz de pensar en 10 imposibilidades antes de comenzar el día. Este debería ser el hombre normal, el equilibrista, el que se levanta al caerse buscando siempre su perfección.
      “…Para algunos, la mediocridad consistiría en la ineptitud para
ejercitar las más altas cualidades del ingenio; para otros, sería la inclinación a pensar a ras de tierra…”
(Fragmento de En torno al Hombre Mediocre – El Hombre Mediocre. José ingenieros).

      Podríamos decir que el hombre mediocre es el candidato mas cercano al hombre normal, pero normal no significa intermedio, no puede el mediocre estar en medio del genio y el idiota, porque de ser así seria consiente de que es mediocre y estaría de acuerdo con serlo, pero no lo es, no sabe que lo que es, por lo que no puede estar de acuerdo.
      Aun conociendo esto no basta para coincidir en un concepto real del hombre mediocre y el normal, abordando otros caminos para la evaluación psicológica social se podría llegar a una aproximación tal vez inequívoca del dilema.

IV.         Concepto Social de la Mediocridad
“…Cada individuo es el producto de dos factores: la herencia y la educación… Esta acción educativa es, por consiguiente, una adaptación de las tendencias hereditarias a la mentalidad colectiva: una continua aclimatación del individuo en la sociedad…” (Fragmento de Concepto Social de la Mediocridad – El Hombre Mediocre. José ingenieros).
     El humano en relación a lo que le rodea tiene tres cualidades que forman su carácter. En le libro se habla sobre el hombre inferior, el mediocre y el superior, describiendo como separador de cada uno de ellos un alma que se desarrolla mediante a su capacidad para crear su carácter… en el primero solo logra desarrollarse en “alma de la especie”, la cual esta implícita en la herencia biológica y por si sola es insuficiente para la adaptación y es determinante su incapacidad para pensar como los demás y compartir prácticas habituales. El segundo logra subir un peldaño más que la simple herencia, este complementa su carácter con el “alma de la sociedad”, “…su característica es imitar a cuantos
le rodean: pensar con cabeza ajena y ser incapaz de formarse ideales propios…” (Fragmento de Concepto Social de la Mediocridad – El Hombre Mediocre. José ingenieros).
Por ultimo una minoría, es capaz de diferenciarse dejando predominar la originalidad de si mismo. El hombre superior es completamente desadaptado del medio social, sube al peldaño del “alma individual” lo que rompe el molde, es el visionario, es origen y escancia de las nuevas formas de ver el futuro, siempre piensa en algo mejor que el medio en el que vive perfeccionando sus ideales.
“…La diversa adaptación de cada individuo a su medio depende del equilibrio entre lo que imita y lo que inventa… esas aptitudes se ejercitan… nada parece tan peligroso como un hombre que aspira pensar con su cabeza…” (Fragmento de Concepto Social de la Mediocridad – El Hombre Mediocre. José ingenieros).

V.           El Espíritu Conservador
“…Todo lo que existe es necesario. Cada hombre posee un valor de contraste, si no lo tiene de afirmación; es un detalle necesario en la infinita evolución del proto-hombre al super-hombre…” (Fragmento de El Espíritu Conservador – El Hombre Mediocre. José ingenieros).
El hombre mediocre es parte aunque cueste entender del circulo vicioso de la sociedad, es el publico a la espera de la gran obra, es el critico el juez de los ideales del idealista, hace tanta falta porque existe y todo lo que existe tiene un propósito, como dije antes no hay luz sin oscuridad, en necesario conocer lo feo para distinguir de allí lo bonito y aun con eso admirar al creador de belleza. A través de la historia conseguirás los nombres de los pocos creadores que han existido, tal vez (y es rara esa vez) a uno que otro de sus seguidores, pero en si jamás a toda la masa a la que se dirigió su ideal. Cada hombre necesita a su enemigo, este le da contraste, el creador siempre tendrá uno que le envidie y que se aferre fuerte mente a sus creencias manteniendo las características necesarias en la sociedad para mantener la vida social.
“…El "alma social" es una empresa anónima que explota las creaciones de las mejores "almas individuales", resumiendo las experiencias adquiridas y enseñadas por los innovadores…” (Fragmento de El Espíritu Conservador – El Hombre Mediocre. José ingenieros).
     Las rutinas de hoy fueron los ideales alguna vez. Esto pasa porque los idealistas siempre serán imitados por los mediocres, la masa, “el alma social”, quienes se opondrán primeramente al ideal luego lo adaptaran en parte a su rutina la cual será inspiración y oposición a un próximo ideal.

VI.         Peligros Sociales de la Mediocridad

                  “…El horror de lo desconocido los ata a mil prejuicios, tornándolos timoratos e indecisos: nada aguijonea su curiosidad; carecen de iniciativa y miran siempre al pasado, como si tuvieran los ojos en la nuca…” (Fragmento de Peligros Sociales de la Mediocridad – El Hombre Mediocre. José ingenieros)
Al carecer de las características necesarias para “parir ideas” por si solos, los mediocres ajustan su carácter a lo que los rodean por ser incapaces de decir realmente yo quiero. Son ignorantes a la realidad de la esencia de las cosas, llamando muchas veces realidad a esa corta visión de lo que los rodea sin notar que son manipulados por los hilos de un titiritero que a su vez es una marioneta mas en este infinito de ideas.
Cuando se encuentran de frente con un ideal al cual no están de acuerdo se aglomeran con más de su especie para encadenarse alrededor del árbol de su credo y así protegerlo del leñador visionario. La cantidad de la masa a veces supera la calidad del individuo, tomándolo por su debilidad y destruyendo el ideal usando como base su insignificante conocimiento de la experiencia.
Es decir, el peligro social de la mediocridad arraiga cuando busca la forma de suprimir a los ideales evitando el progreso de la “evolución” humana creyendo que su moral y creencias sociales son la base correcta y necesaria para mantener el equilibrio de una sociedad “perfecta”.
Es imposible para el idealista mostrar a una masa su punto de vista del cristal, siempre tendrá alguien que se le oponga ya sea por bien o por mal.

VII.       La Vulgaridad

“…Es el renunciamiento al pudor de lo innoble…” (Fragmento de La Vulgaridad – El Hombre Mediocre. José ingenieros). Los mediocres a veces caen en lo vulgar al meterse mas a fondo en su mediocridad e ir directamente en contra de un ideal, del ingenio, de la verdadera belleza, no esa creada con falsedad. Se embelesan ciegamente con su mediocridad que la cuidan y la exhiben orgullosos de ella.
“…Es incapacidad de pensar y de amar, incomprensión de lo bello, desperdicio de la vida, toda la sordidez…” (Fragmento de La Vulgaridad – El Hombre Mediocre. José ingenieros). Es una conducta que debido a su intención es despreciable, ya que son incapaces de pensar a lo alto y por ende no comprenden muchas veces lo digno y altivo de los poemas, lo jugoso del arte, lo suculento del pensamiento en general. El no comprenderlo se frustran y su de se frustración nace el repudio hacia las mismas.
Sus Prejuicios, gustos, inclinaciones, no son suyos. La pasión por lo propio por lo que realmente se siente siempre irradia calor, pero en cambio lo que se hace por ser como alguien mas es frio, hipócrita y vacio.
“…El progreso humano es la resultante de ese contraste perpetuo entre masas inertes y energías propulsoras…” (Fragmento de La Vulgaridad – El Hombre Mediocre. José ingenieros).

Capitulo II - LA MEDIOCRIDAD INTELECTUAL

I.               El hombre rutinario.

  La rutina es el caldo de cultivo y medio de alimentación del hombre rutinario, de espíritu mediocre que no se anima a probar nuevas experiencias, conocimientos o pensamientos. La rutina “es el habito de renunciar a pensar”, a buscar la verdad, de acepta por igual prejuicios acertados que mentiras.

  La mente rutinaria se comporta cual rebaño, que es dirigido y sigue el camino que le impone la sociedad, la educación oficial acecha y acose cualquier evidencia de originalidad, causando que el talento se adormezca.

  La originalidad del hombre corre el riesgo de ser contagiada por la interacción social con el hombre rutinario, puede adormecerse, por osmosis viaja la mediocridad y no el talento, que repele el hombre excelente que respeta su opinión y valora la opinión de los demás.

  Los términos ignorancia, rutina, falta de buen gusto, prejuicio y simplicidad se adosan al concepto de rutinario, hasta hacerla suya en cada manifestación, negándose a la cultura, resistiéndose al cambio y rindiendo culto al azar.

  Se plantea la diferencia entre acumular información y aprender, entre ideales y preocupaciones, y plantea la doctrina: “ser tonto, egoísta y tener buena salud, he ahí las tres condiciones para ser feliz, pero si falta la primera todo esta perdido”, su máximo exponente Sancho Panza.

  La ausencia de pensamientos, la parálisis, la inercia, la falta de opinión, tolerancia, cobardía, servilismo, la indignidad, son vocablos que trasladan nuestro pensamiento al hombre rutinario cual conceptualización ideológica, dejando ver su pensamiento en cada fase desteñida y prejuicios que expresan, por decir de alguna manera de su producción cerebral, dejando la duda de que algunos de ellos no posean contenido alguno en su cavidad craneana, comparándolos con joyeros vacios, con aguas estancadas, contaminadoras e improductivas.

II.             Los estigmas de la mediocridad intelectual.

  La mediocridad se afana en la verborrea, en la pompa vacía, en la solemnidad, en actos fálicos cual globos inflados de gas. No concuerda con el humor y la risa, son todo lo agradable, “su miopía mental impídeles comprender el equilibrio supremo entre la elegancia y la fuerza, entre la belleza y la sabiduría.”

  Para el hombre excelente, la modestia es un simple respeto a ellos mismos y de los lemas, cualidad rara, al igual que el compromiso de admirar lo digno, alejar lo miserable, justo lo contrario del mediocre intelectual, aquel de aires modestos, solemne, indeciso, obtuso, que no corre riesgos, ni cambia por nada su rutina

III.        La maledicencia: una alegoría de Botticelli.

  Si el hombre sin ideales, se mantuviera en un nivel único, sin salir o tratar de abarcar otros espacios, podría ser considerado imbécil inofensivo merecedor de tolerancia al igual que el hombre mediocre, sin embargo, suelen olvidarse de su estrato y rango, da le escala de jerarquías, para transformarse en espíritus peligrosos y dañinos que envenenan la vida ajena.

  El mediocre se regocija en la maledicencia, en la hipocresía le infamia de manera de huir sutilmente de cualquier castigo, amparándose cobardemente en la mediocridad de sus iguales.
Se esconde en la insinuación no afirma ni niega, pero deja la mancha, hablando de todo lo que no esta seguro y callando todo el bien que sabe, haciendo gala de la mega cobardía y escondiendo sus bajas paciones en la mascara de la espiritualidad y ya que es mas fácil ridiculizar una sublime acción que ridiculizarla.

  “El escritor mediocre es peor por su estilo que por su moral” son generalmente, terriblemente aburridos, el mediocre parlando es totalmente lo contrario, ya que la mala decencia oral tiene afición inmediata, la difamación y la injuria se siembra en quien la escucha dejando la secuela cobarde de su infección ya plantada.

IV.         El sendero de la gloria.

  El hombre mediocre ansioso de éxito, va tras aquel triunfo efímero, sea cual sea el costo y la manera de lograrlo, su ambición le ínsita a humillarse, arrastrarse, usa a su conciencia el servilismo y la intriga para arar su camino sin gloria, ni dignidad, solo de la mano de su vanidad, que lo arrastra mas allá del éxito, al abismo detrás de él.

  Los grandes pensadores conocen que la senda del merito los llevara  a la gloria ese camino exalta la personalidad destierra la envidia y alimenta la superioridad moral. La popularidad t la fama suelen dar la gloria, pero es lugar fugaz, efímera, mas allá de todo esta la integridad moral y la excelencia de carácter y de aquellos que siguieron un ideal mirando al futuro, solo estos llevaran los laureles de la gloria adornando sus quienes dignamente.


Capitulo III - LA MEDIOCRIDAD INTELECTUAL

I.             La Moral del Tartufo.
  El Hombre mediocre vive sin sueños, se critica a si mismo sin respuesta el no intentar algo nuevo, propio, el hacer algo por lo cual no siente real pasión y profesar algo que internamente le avergüenza. Esto los hace hipócritas, no muestran al “loco” que llevan por dentro ocultándolo bajo sus mascaras para ser aceptado en una sociedad.
  “…En el reino de las apariencias, la simulación es cordura, y cualquier autenticidad locura. Bendita sea la locura que nos libra del reino de las apariencias…” (Anónimo)
  Los hipócritas son parte de ese reino de las apariencias donde toda imitación de la “moral” construida por el “alma social” es razón, es correcto, los visionarios por el contrario son los locos, que bendicen al ladrón que les roba sus mascaras, y por primera vez sienten el los rayos del sol directamente en su alma, se desviven por el cantar de las aves y por el olor de una flor… disfrutan la vida por que ven en ella una felicidad y desean para la sociedad esa misma sensación por esto llevan sus ideales mas allá de su mente, la proyectan y la convierten en meta. Benditos sean los visionarios.
  Muchos hipócritas intentan igualar a los virtuosos, error que los da a detectar con facilidad. En medio de su desconocimiento sobre lo que profesa requiere de una creencia, de la cual entiende muy poco, para afincar su odio y cubrirlo con mentiras, y luego van pidiendo perdón, falsamente, a “su Dios” en la iglesia a cambio de un Diezmo.
“…El hábito de la mentira paraliza los labios del hipócrita cuando llega la hora de pronunciar una verdad…” (Fragmento de La Moral de Tartufo – El Hombre Mediocre. José ingenieros).
  El Hipócrita llega a depender de la mentira y hacer su vida misma una mentira, lo cual lo lleva a un vicio del cual no pretende salir, crea inseguridad desconfianza e irrespeto en quienes le rodean, no comprenden la paz que genera la verdad, por la que muchos santos murieron.
  El hipócrita no solo crea mascaras para los seres de la sociedad que le rodea, sino que también crea mascaras para si mismo, para sobrellevar el peso de su gran mentira, su vida. El pudor que comprenden es simplemente una mentira más de su telaraña donde creen que el error no lo cometen ellos sino todos los demás…
II.          El Hombre Honesto.
  Los Prejuicios del hombre honesto son aquellos pedazos de virtudes que alguna vez fueron rutinarios pero ya no son más que “supervivencias morales extinguidas” que lo mantienen en la cordura.
  Para las mediocracias siempre será preferible el hombre honesto, al cual ponen como ejemplo de “su perfección”. Este se confina a respetar los limites que le impone su moral asfixiante, ya que sino lo hiciera la sociedad lo vería como al “loco” que es y seria sometido al juicio por tal conducta deshonesta.
  Nunca tiene la osadía de oponerse a la opinión pública por miedo a la misma, sin terminar de comprender que no existe lo magnifico no es fácil, nunca se obtiene sin esfuerzo. El hombre virtuoso conoce a la perfección que es necesario sobrepasar los límites e impedimentos para llevar a la masa su perfectible ideal.
  No por esto el virtuoso es inequívoco, pero a su vez es lo suficientemente sabio como para reconocer su error y corregirlo a diferencia del mediocre honesto el cual teme a la reprobación de sus iguales.

III.        Los Tránsfugas de la honestidad.
     “…Los tránsfugas de la moral son rebeldes a la domesticación…”van directamente contra la sociedad, saben que no irán al cielo y no se esfuerzan por entrar al purgatorio, se resignan con el infierno y no sienten remordimiento por ello, agreden los principios que la sociedad ha consagrado llámese prejuicios o moral…
     “…Los delincuentes son individuos incapaces de adaptar su conducta a la moralidad media de la sociedad en que viven. Son inferiores…” Incluso el hombre mediocre, que es simplemente parte de la masa, es superior a este, el rebaño protege su estructura nuevamente pero esta vez de algo que lo haría retroceder en la “evolución” que dice tener el hombre.

IV.         Función Social de la Virtud.
  La virtud solo pertenece al visionario, ya que esta es una originalidad de los que poseen talento moral y la cualidad para dirigir a la masa a un ascenso posiblemente perfectible.
  Al igual que el ideal y la rutina, la honestidad en algún momento fue una virtud. Debido a la cualidad de la virtud de ir a veces en contra de las prácticas rutinarias, el delincuente se aprovecha para librarse con una mezcla confusa de honestidad y virtud de su castigo.
  “…Si pudiéramos vivir entre dignos y santos, la opinión ajena podría evitarnos tropiezos y caídas…” copilando y aprendiendo de ellos, así como la mayéutica obligaba a sus interrogados a parir las ideas que ya conocía, solo estaban almacenadas en su mente sin ser utilizadas.

V.           La Pequeña Virtud y el Talento Moral.
  Los cerebros vacíos tienden a inundarse de su vanidad con la desaventura de los demás seres, llamando caridad o beneficencia a sus “virtudes” con las cuales suponen ayudar mientras se satisfacen a si mismos por no ser quienes sufren la tristeza.
  Los creadores de perfección moral se inclinan indiscutiblemente por el bien buscando como enseñarlo además de hacerlo por si mismos. La bondad lleva con facilidad a la virtud, a diferencia de la hipocresía que el hombre bueno disfraza de caridad.
 “…El "buenísimo" es la moral de los pequeños virtuosos; su prédica es plausible, siempre que enseñe a evitar la cobardía…” aunque esto sea peligroso porque el exceso de bondad se puede confundir con parte de la malicia.
  Es posible que el hombre sabio no sea bueno, pero lo normal seria que quien sabe del bien y el mal, no sea malo, por el simple hecho de saber en realidad lo que son cada una.
“…Los hombres excelentes brillan por esta o aquella aptitud, sin resplandecer en todas; hay asimismo talentos en algún género intelectual, que no lo son en virtud alguna, y hombres virtuosos que no asombran por sus dotes intelectuales…” no es necesario ser completamente sabio para ser virtuoso, ya que dependiendo del campo en el que se este la virtud puede simplemente representar la humildad real de las personas, no la creada por el “alma social”, a su vez como dije antes una persona sabia “puede” ser virtuosa pero también “puede” no serlo, depende de su propio criterio.

VI.         El Genio Moral: La Santidad.
  La santidad en la humanidad existe a través de cada genio moral que ha dejado su huella en la evolución del hombre, algunos crearon religiones con sus ideologías, otros fueron aceptados en la mentalidad de unos pocos como teocracias, predicando y viviendo la moral de sus santos…
  Los mediocres morales buscan imitarlas sin logro alguno. La santidad es excesiva, es demasiado para una mente tan obtusa como la del mediocre. No es simplemente santo por la genialidad de sus ideales, sino por la capacidad que tiene de mover masas llegando al árbol de la vida de cada quien incitándolos a dar solo una mordida de la sabiduría que les intenta trasmitir, la cual no llegara en su totalidad por la rigidez de su caparazón social pero al menos dio un paso mas hacia el porvenir perfectible.

 Capitulo VI La Vejez Niveladora
I.             Las Canas.
  El paso natural de los años conlleva a la mediocridad hasta del más excelente ingenio, las canas son el lenguaje de la naturaleza para expresarnos que empieza la cuenta regresiva, donde el hombre superior comienza a nivelase con los demás, la decadencia es el estigma mental de la vejez, el ahorro es su estigma social.
  Con los años, la avaricia por evolucionar bienes se acrecienta, seca el coraje, se hace más miserable mientras mas se tiene.
II.          Etapas de la Decadencia.
  La personalidad de un ser, se encuentra firmada por su sobrepociciones, por capas, estratificadas de la siguiente manera.
  En las capas básicas y fundamentales esta la herencia o mentalidad de la especie, en las capas medianas se encuentra la mentalidad social, en las capas superiores se encuentra la narración individual o de cada uno, o mentalidad.
 Toda persona sin distinción atraviesa esas etapas, donde primero aprende aptitudes, segundo, las perfecciones, y tercero como cualquier función biológica, comienza el retroceso intelectual o regresión de las funciones mentales, en orden inverso al de la estratificación de personalidad.
  Llegándose al momento en el cual el viejo iguala al niño.
III.        La Bancarrota de los Ingenios.
  Se refiere al ocaso de la actividad productora intelectual del ingeniero humano es la nivelación del humano. Es la nivelación del hombre superior, con la mediocridad, en la postrimería de sus años, estableciendo diferencia en la calidad de las obras intelectuales según el periodo vital de su producción, acuñando la frase “segundas partes nunca fueron buenas”, como parte del escrito Kant, en dos obras periodos de su producción literaria.
IV.         Psicología de La Vejez.
  El proceso físico de embellecimiento es amplio y detallado, todos y cada uno de los sistemas anatómicos se subyugan al tiempo y no escapa a esto la creatividad, la pasión, la producción intelectual.
  Con la vejez el hombre se acerca a la mediocridad, rechazando las innovaciones, manifestaciones artísticas, alimentando a los sentimientos egoístas y trastornando su personalidad.
  El periodo de mayor productividad del ser humano se establece entre los 30 años donde los mejores y mayores inventos se han producido.
  Analizando desde este punto de vista las academias se convierten en cementerios de producción intelectual de aquellos hombres aventajados para la ciencia, casi agonizantes.
V.           La Virtud De la impotencia.
  Los años transforman al briso joven en prudente anciano, al revolucionario en conservador, al ateo en religioso, nos convierten en avaros, miserables, regañones, preparándolos para la muerte.
  Es opinión del autor que las funciones gubernamentales y directivas o administrativas, se reservan a personas de edad madura, que han perdido la audacia, que comienzan a nivelarse o ha decaer.
  “El diablo no sabe mas por viejo que por diablo, si se arrepiente, no es por santidades, sino por impotencia”.

Capitulo VII La Mediocracia

I.             El Clima de Mediocridad.
El clima de mediocridad de una nación, es aquel en el cual los ideales se adormecen, el pueblo se adormece, no hay guías, ni farol, es aquel donde el Estado se mediocriza, recordando la idea que nos da Plantón da de la democracia: “es el peor de los buenas gobiernos, pero es el mejor entre los malos”.
Las clases de gobernantes han acentuado la decadencia moral con el paso de los años, siempre ha habido y habrá mediocres, mas ahora se agrupan en partidos ya que así ejercen mas influencia, las mentiras son aceptadas y reforzadas sin acrecentar por ello su eficiencia.
II.          La Patria.
País, Patria y Estado no son la misma cosa; País es geografía; Estado es políticamente hablando; Patria es sueño, espíritu, ideal, es la unión de corazones en un esfuerzo y sacrificio para la grandeza y la gloria.
La Patria genera el sentimiento colectivo de nacionalidad, patriotismo, orgullo entre otras naciones, que evoca la humanidad.
Es menester que los habitantes del país la sientan como su patria, para que puedan construir una nación, la nacionalidad solo existe en aquellos que siguen un mismo ideal. “Solo el hombre digno y libre puede tener patria.”

III.        La Política de las Piaras

En esta época, la mediocridad se ha apoderado del ambiente político, desvirtuándose el arte de gobernar, la política, la excelencia, la lucha por alcanzar las glorias y el bien común, todo esto se ha perdido.
  La riqueza criolla, el lucro fácil, multitudes de sombras vanidosas y deshonestas dominan las comunas electorales e infectan el Estado.
  “En ciertas democracias novicias, que parecen llamarse república por burla, los congresos hormiguean de mansos protegidos por las oligarquías dominantes.”
La igualdad ante la luz no implica equivalencia de amplitudes desde el punto de vista legal, de la misma manera que hay actos que no son delitos ante la ley, pero no son compatibles con la honestidad, la ética o la virtud.



     Buscando en Internet conseguí este link, de aquí puedes descargar el libro en pdf.
http://www.cecies.org/imagenes/edicion_176.pdf

     Muy aparte de esto les recomiendo esta película llamada "Idiocracy", que va muy al tema de la mediocridad y como la sociedad se va dañando cada vez mas gracias a la mentalidad de los mediocres que ocupan cada vez mas espacio en el planeta.
http://movieclips.com/N5bK-idiocracy-movie-trailer-1/

     y si van a copiarme el ensayo al menos leanlo, por si acaso hay algo que puedan mejorar o agregar por su cuenta.